En esta ocasión nuestros pasos nos dirigen hacia el Eixample, donde podemos encontrar edificios realmente preciosos.

El Ensanche (en catalán L’Eixample) es el nombre que recibe el distrito segundo de la ciudad de Barcelona, que ocupa la parte central de la ciudad, en una amplia zona de 7,46 km² que fue diseñada por Ildefonso Cerdá.

Es el distrito más poblado de Barcelona y de toda España en términos absolutos (262.485 habitantes) y el segundo en términos relativos (35.586 hab/km²).

En el distrito del Ensanche es donde se pueden encontrar algunas de las vías y plazas más conocidas de Barcelona, como el Paseo de Gracia, la Rambla de Cataluña, la Plaza de Cataluña, la Avenida Diagonal, la Calle de Aragón, la Gran Vía de les Corts Catalanes, la Calle Balmes, la Ronda de Sant Antoni, la Ronda de Sant Pere, el Paseo de Sant Joan, la Plaza de la Sagrada Familia, la Plaza Gaudí, y en sus extremos, la Plaza de les Glories Catalanes y la Plaza Francesc Macià.

Asimismo, en el Ensanche se encuentran numerosos puntos de interés turístico y ciudadano como el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, la Casa Milà, la Casa Batlló, el Teatro Nacional de Cataluña, L’Auditori, la Plaza de toros Monumental, la Casa de les Punxes, así como numerosos cines, teatros, restaurantes, hoteles y otros lugares de ocio.

Cerdá considera en sus proyectos, la necesidad de que las ciudades estén hechas para las personas y plantea sobre todas las cosas los problemas de salud, no limitando este término la salud física, sino yendo más allá en este concepto, planteando propuestas que tienen en cuenta la salud mental y social.

En estas cuestiones plantea la necesidad de que los edificios estén convenientemente separados entre sí y que no tengan más altura que la anchura de las calles en que se encuentran, justificando esto por la necesidad de que el sol entre en todas las calles sin el impedimento de los propios edificios, es en este punto donde llega a la conclusión de que las calles han de tener 20 m de ancho y que la altura de los edificios no debe sobrepasar los 16 m.

Otra cuestión es la anchura de estos edificios, ésta no debería ser superior a 14 m y las casas tendrían que tener vistas a las fachadas anterior y posterior, lo que junto con la cuestión anterior relativa a la anchura de las calles, permitirían una buena ventilación y la presencia del sol en todas las viviendas, dos cuestiones que consideraba fundamentales para preservar la salud de las personas.

La ciudad planteada por Cerdá, tiene especial cuidado en la cuestión del esparcimiento, sobre todo por lo que respecta a las necesidades de los niños y los ancianos, en este sentido, plantea que las manzanas, de las que ya tiene la idea de que han de ser cuadradas, han de estar construidas en solo dos de sus laterales, quedando el resto del espacio disponible para jardines de proximidad, de este modo los niños no han de desplazarse para sus juegos ni los ancianos para sus paseos, por otro lado la existencia de estos espacios disminuirá riesgos de accidente al evitar que los niños jueguen en las vías por las que circulan los carruajes.

Dentro de la idea de salud social diseña barrios autosuficientes, en los que enmarca un gran parque, un mercado municipal, y la distribución equilibrada de todo tipo de servicios.